Roger Lizcano

Roger Lizcano fue hijo natural de don Victor Giménez Giménez.  El Urachiche de principios del siglo XX era conocido como "tierra de guapos".  En ese lugar, el ser "guapo" estaba relacionado con tener coraje, estar dispuesto a pelear físicamente para resolver a golpes o a machete cualquier asunto pendiente.  Muchos de los enfrentamientos de ese entonces terminaban siendo mortales.  Roger Lizcano se crió en estas circunstancias.  Desde temprana edad dio muestras de poseer un caracter fuerte, necesario para hacerse respetar en su medio.  Los que lo conocieron dan fe de que Roger Lizcano llegó a ser famoso por ser "guapo entre guapos".

Se cuenta de que estando muy joven, su padre don Victor le encomendó ir a buscar un novillo a Monte Oscuro (ubicado en el Diamante).  Roger llega a Monte Oscuro sin novedad, pero en el camino de regreso cae una lluvia (aguacero) muy fuerte, y ésta hace imposible que pueda seguir arreando el novillo. Ante esto, Roger decide amarrar el novillo a un árbol y regresar a Urachiche.  Al llegar, don Victor Giménez le pregunta por el novillo.  Roger le cuenta que lo dejó amarrado ya que estaba cayendo un aguacero.  Don Victor no acepta esto, ya que claramente le había ordenado que regresara con el novillo.  A Roger no le queda otro remedio que cabalgar de nuevo hasta el novillo y quedarse allí hasta que pasara el aguacero.  Pasan las horas, y Roger se ve en la necesidad de pasar la noche en ese lugar, sentado sobre su caballo al lado del novillo.  Cerca de la media noche,  escucha un ruído y ve a lo lejos el brillo de algo que se aproxima.  "¡El diablo!", piensa Roger.  Y casi se dispone a escapar del lugar cabalgando.  Pero en ese momento se acuerda de que don Victor le había ordenado quedarse al lado de novillo.  Roger sentía miendo, pero él mismo contaba que: "me quedé allí porque yo le tenía más miedo a mi papá que al diablo".   De esa forma decide quedarse y esperar por la figura que se aproxima; que termina siendo don Victor, a media noche, con una botella de brandy y arepas, que venía allí para ver si de verdad estaba cuidando el novillo como le había ordenado.  Allí los dos, calentados por el brandy, esperaron el nuevo día y regresaron juntos arreando el novillo.