El arpa de oro de Urachiche



Anacleto Soterano era músico.   Sus hijos también eran músicos. Sus virtudes musicales lo convirtieron en el invitado obligatorio a las serenatas, que a la luz de la luna yaracuyana, se daban en el pueblo.   También se recitaba por la noches; y los declamadores eran acompañados por los músicos.

Uno de sus hijos, Hildemaro Soterano, tocaba cuatro.   Yo diría que éste era un virtuoso del cuatro.  Incluso, en ese tiempo, de escasas tecnologías, grabó un disco en el que tocaba el cuatro.

Arnoldo Soterano aprendió a tocar el arpa.  En una ocasión la familia compró un arpa y él comenzó a estudiar sin maestros.   Su dedicación lo convirtió en un autodidacta del arpa.  La llegada del arpa al pueblo fue un acontecimiento histórico, ya que era la primera vez que los urachicheños tenía la oportunidad de escuchar ese instrumento. 

En una entrevista, uno de los nietos de Anacleto me dijo que esa arpa primigenia todavía existe; la tiene un familiar en el oriente del país.  Yo lo estimulé a rescatar el arpa, pero luego perdimos el contacto. Sin embargo, para rescate del patrimonio cultural del pueblo, es importante que esa arpa vuelva a Urachiche.

Gabriel Adolfo Garrido (autor del texto)

Gabriel Alexander Garrido Jr. (editor)

No comments:

Post a Comment